viernes, 30 de abril de 2010

Después de la tormenta viene... que venía?

Con mis ánimos mejorados considerablemente, el último domingo en casa de mis padres ya se vivenció de otra forma., con un espíritu mucho más cercano a la agradable cotidianidad que suelen ser nuestras reuniones familiares. El semblante, sobre todo de mi padre era otro, debido a que días antes los obreros habían comenzado a reparar el techo de su hogar. Aunque esto no impidió que mi padre, se subiera también y permaneciera allí hasta las 3 de la mañana haciendo lo que podía.
Con el buen empuje de este domingo, arranque una semana que podría catalogar un tanto “especial” para mí, principalmente porque hoy viernes le festejamos el cumpleaños Nro. 101 a mi adorable y única abuela y solo este hecho justifica y tiñe mi semblante con otra tonalidad, mucha más activa e intensa.
Arranque la semana con todas las pilas, organicé mi casa, me compré una mesa auxiliar para la cocina, retomé los textos que estoy escribiendo, mandé la notebook arreglar y dentro de todo el presupuesto que me pasaron, se podría decir que no me arrancaron la cabeza y como si todo esto fuera poco, con tiempo y sin pausa, me programé todo mi fin de semana con actividades cuyo único objetivo implicarían dispersión absoluta. Arranqué el jueves con una proyección de "Lost" junto a mi prima, con la cual vi todas las temporadas hasta la fecha. El viern. Tengo la gran fiesta de mi abuela: "101 años!!" para no festejar coño! El sábado organicé ir al teatro (Cuanto tiempo hace que no iba) a ver al señor GA, una gran persona, con la cual tuve el placer de laburar en la Cia. Patrika durante 4 años, quien hoy se está abriendo camino solo dentro del teatro off. Y el domingo tengo el cumple de un personita muy especial, quien desde hace 3 años ocupa un lugar en mi corazón.
Como verán, finde bien cargadito de boludeses, como para no pensar, retroalimentarme de la gente que quiero y arrancar la próxima semana con todo.
Odio los que te dicen el viernes: "Buen finde" ahh! que frase más armada por dios!
Pero este finde me darè el gusto de ser la màs boludo posible, en honor a mi pròximo espectáculo.


Continuará...

lunes, 19 de abril de 2010

"LOS DOMINGOS EN FAMILIA..."

Casi sin proponérnoslo, desde que dejé de hacer funciones los días domingos, junto con mis hermanos y dos primos míos con sus respectivos hijos nos juntamos en la casa de mi padres, quienes muy amablemente, cena mediante, nos hacen pasar una noche regia donde nos ponemos al día y jugamos a que somos una gran familia intentando emular aquellos días en los que mis hermanos y yo teníamos la misma edad que sus respectivos hijos y en los que era habitual comer juntos. Y ahí están mis padres, trabajadores ambos, intercambiando sus roles de padre, abuelos, concejeros, etc. Observándonos como estamos que nos falta y dándonos la energía suficiente como para encarar nuestra semana.
En lo que a mi respecta, cada domingo por más que no tenga muchas ganas de salir, o bien tenga otros compromisos, los suspendo sistemáticamente por pasar el único momento de la semana con mis padres. Pura alegría y buena onda son esos domingos, donde me encuentro con los verdaderos afectos, los de sangre, los incondicionales, los de siempre. Pero anoche, lamentablemente no fue un domingo más.
Un día que había arrancado con un sol radiante en la quinta, termino con una tormenta de piedras del tamaño de un pelota de tenis (No estoy exagerando, os juro). La pesadilla empezó en el viaje de Belgrano a la casa de mis padres en Olivos cuando me sorprendió la lluvia de piedras, luego de aparcar el auto bajo el techo de un restaurante chino y dejar que pasase el diluvio, continué viaje hacia la casa de mis padres pensando que ya todo lo malo había pasado e imaginando a la pobre gente de las villas, de las casas precarias, como arrancan el lunes después de que su casa es apedreada por una lluvia intensa? Claro que ni en mis mejores pesadillas podría haber imaginado el panorama que me esperaba al llegar a la casa de mis padres.


Fui el último en llegar a la casa paterna de Olivos y apenas llegué la imagen fue bastante distinta a la que solía encontrarme cada domingo.
El panorama era desolador, todos los ambientes estaban húmedos ya que recién acababan de secarlos luego de que cayera chorros de agua (literalmente) en cada uno de ellos. Mi hermano mayor observaba con resignación su auto recién comprado, el cual tenía dos agujeros en su vidrio frontal que eran lo más parecido al impacto de 2 tiros. Las calles cubiertas de hojas secas y ramas verdes arrancadas de cuajo por el temporal. Mi madre desencajada en la cocina y haciendo un esfuerzo sobre humano por recuperar la buena templanza de cada domingo, preparaba una picada reemplazando el típico: "Hola mi amor!! que contas de nuevo?" por un frío: "Viste lo que nos pasó amor?".
Al salir al parque presencié una imagen que me partió en dos: Mi padre estaba en el techo de la casa, llevaba puesto esas binchas con linterna incorporada, como la de los mineros en las películas, observando con una impotencia retenida el techo de su propio hogar. El 70% de las tejas estaban destruidas por la fucking lluvia de piedras y el solo se preguntaba al unísono: "Que hago? y ahora que hago? Me hubiese gustado tanto poder responderle, poder calmarlo. Intenté darle una mano pero era imposible tapar todos los agujeros esa noche. Me sentí tal mal por ellos, por mis hermanos. por mis primos, por mi. El teléfono seguía sonando sin pausa y el mismo nos devolvía más y más comentarios acerca de los las daños de las casas linderas, ya que tenemos otros familiares que viven en la zona. Todo la atmósfera era desoladora.

Dos horas después, sentados a la mesa, intentamos fingir que nada había pasado y remontar nuestra ceremonia de cada domingo, la alegría de la familia unita. A pesar de todos los intentos y de algún que otro chiste de humor negro, o comentario banal de estilo de: "Hay cosas peores" - "Por lo menos estamos todos juntos". Nadie pudo remontar el espíritu que solían tener las cenas de domingo y el silencio se hizo presente en varios momentos de la cena. Mi padre no probó bocado, al margen de que esbozo alguna que otra sonrisa durante la cena, cuya sobre mesa casi pasó inadvertida. Esa noche me fui muy triste fingiendo una rudeza poco sostenida.
Se que hay cosas peores, se que mis padres van a salir adelante, de que el vidrio del auto de mi hermano en breve se va a reemplazar y que hay gente que realmente luego de este temporal se quedó sin casa. Pero no pude con mi egoísmo y durante los 15min. que duró el viaje a mi casa, en el auto de mi primo nadie habló, estábamos tristes, masticando el porque de esta situación a nosotros? a mis padres? que lo único que hacen es laburar y que cada cosa que tienen se la han ganado rompiéndose el culo día a día. Porque? porque a ellos? Siento la impotencia de no poder sacar de mi cuenta bancaria el dinero sufriente para decirles: "No se preocupen viejos, mañana vienen los obreros y en 3 días tienen un techo nuevo. Me repito: Se que hay cosas peores, pero esta me tocó a mí, o mejor dicho a mis viejos... y no puedo retener el impulso incontrolable de la injusta naturaleza, el sentimiento de pensar, al margen de que cada día estoy más lejos de la religión, donde está dios cuando pasan estás cosas?!! porque les toca a gente laburadora, a gente de buena sepa como mis viejos, como mi hermano? y hay cada hijo de puta que anda suelto cagando a gente y que de esto ni se entera. Se que tampoco esta bueno desear el mal a otro, y se que en el fondo no lo estoy haciendo, solo me hago preguntas dentro de mi tristeza de domingo, la cual permanece en este lunes.

Es mucho querer y trabajar para estar bien, en paz, solo un día a la semana con mis padres? Hoy estoy triste, enfurecido por no poder ayudarlos como quisiera y se que todo en breve pasará. Pero hoy no puedo ni quiero salir de este estado. Y deseo fervientemente ver reír a mis padres el próximo domingo y que esto solo sea una anécdota graciosa más contada a la lejanía.

Hoy estoy triste.

Continuará...

martes, 13 de abril de 2010

YENDO DE LA CAMA AL CINE



















No se que pasa con el cine Argentino, ya que no creo que sea un problema de los últimos años, pero desde que tengo uso de razón o mejor dicho desde que me he vuelto un asiduo seguidor de las películas nacionales noto la falta de buenos guiones que existe dentro de la industria de nuestro país. Ojo que no es una apreciación mía en particular, sino que mucha gente del palo del cine y ni que hablar de los "señores críticos" opinan lo mismo. Al margen de que en este último caso, los cuales funcionan de la misma manera que los de teatro, siempre le van a encontrar el pelo al huevo (Siempre.)
Desde mi lugar de simple espectador, disfruto enormemente ver cine con la excelencia y el calor que le imprimen sobre todo los actores Argentinos, de hecho en nuestro país tenemos un nivel inmejorable de directores que laburan en varias partes del mundo, de productores, directores de fotografía y ni que hablar de los "milagros" que se hacen para finalizar un rodaje en la mayoría de los casos casi sin presupuesto o lo que es peor hipotecando sus propios hogares. tarea de "hacer cine", la cual en la mayoría de los casos pasan varios años hasta su estreno, es digna de mi admiración. En este aspecto hacer teatro es mucho más accesible y palpable, pero bueno este otro tema.

Desde el día que me enteré que Graciela Borges y sobre todo Antonio Gasalla estaban filmando una película juntos y a pesar de que Burman (Su director) no es santo de mi devoción, me ilusioné mucho con el día de su estreno el cual no se hizo esperar demasiado. Uno de los mejores cómicos de nuestro país (vivo) junto a una de los referentes máximos del cine Argentino eran reunidos en la pantalla grande. Obviamente la misma semana del estreno fuimos con mi amiga "G" a verla. De más está decirles que no había posibilidad de pasarla mal en el cine y así fue. Ver al genial señor. Gasalla dentro de una comedia dramática haciendo de viejo gay y muy bien acompañado por la Borges, quien juega de su hermana dentro de una mezcla de borracha social y loca linda fue impagable. Lo único malo de película, y no es un detalle menor, es el flojo guión que presenta; como en la mayoría de los películas Argentinas el punto débil radica ahí. Prácticamente la línea argumental se reduce a los comportamientos de cada personaje (Incluyo también los roles secundarios) a través de distintas situaciones dejándonos bien en claro la patología de cada uno de ellos y deteniéndose (Solo un poco) en la relación de ambos hermanos. Lastima porque la película, haciendo a un lado las gloriosas actuaciones de sus protagonistas, está plagada de buenas intenciones y momentos que luego no son transitados en profundidad o directamente, tal vez debido a la crueldad de la edición, fueron abortados pasando a mejor vida.
Al margen de que la película está muy filmada, con excelentes planos y con una fotografía exquisita (Se filmó parte en Bs As y parte en Uruguay) Las escenas dentro del teatro de “Villa Laura”, las calles del pequeño pueblo de Uruguay con las fachadas de sus locales estancados en los años 70 son muy bien recibida. Párrafo aparte para el actor que hace de director de teatro, plagado de excelentes cliches que solo reconoceremos los que estamos en el palo. Pero la historia amigos!! Falla, no cierra, no es potente, está inconclusa, se queda en cartilla en la cartilla de presentación de los personajes y no avanza. Hasta el mismo final, tema que no abordaré (Lógicamente) contiene un plano hermoso pero que huele a: “No se como cerrar esta historia por lo que pongo esta bella imagen… FIN” (Véanla es bella con “B” grande.)


Me pregunto a mì mismo:

Porque siempre en nuestro cine fallan las historias? o la historia es muy pequeña y hacen durar las secuencias indefinidamente, convirtiéndose en esas películas en las que pareciera que nunca pasa nada? (La única que se maneja bien en ese estilo de contar la nada es Lucrecia Martel - opinión personal)
Hasta cuando el cine Argentino se va a seguir apoyando solo en la actuación del actor como si eso fuera todo? En este punto siento que tenemos que aprender de la producción de otros países, y no me estoy refiriendo a Hollywood solamente porque ellos también hacen cagadas. Pero la seriedad, el tiempo, el trabajo casi de relojería que se le da al guión es algo que en nuestro cine pocas veces se ve. Lo comprendería tal vez si estuviera hablando de algún director de cine novato, el cual tal vez no tenga aún las herramientas o los medios para conformar un guión sólido. Pero estos monstruos como Burman, que laburan con una muy buena producción, que ya ocupan un lugar importante dentro de la cartelera local y en el mundo inclusive, que hasta tienen un canal de TV atrás apoyando su proyecto y cuentan con semejante elenco Premium… no es justo. No perdono, como simple espectador, que el guión sea tan flojo; además tampoco es una cuestión de dinero confeccionar un buen guión. Igualmente creo que es un problema mundial, el tema de los buenos guiones, no es casual que en USA (Una de las cunas cinematográficas del mundo) cada vez hagan más secuelas o versiones agiornadas de viejas películas o bien adaptaciones de novelas consagradas como "best seller".

Obviamente en el caso de "DOS HERMANOS" (No se a quien le puede llegar a interesar mi opinión) "Hay que ir a verla", solo por ellos dos vale la pena movilizarse y salir de la comodidad de la cama y el DVD e ir al cine.
Ahora bien, como reflexión final de todo este post con ambiciones no alcanzadas de crítico frustrado me quedo con el siguiente pensamiento: Si tan solo con dos actores de un carácter soberbio como la dupla formada por Gasalla-Borges se puede hacer una película buena y digna de disfrutar como la de Burman, cuan mejor sería que la misma esté complementada con un sólido guión que cuente una historia contundente?


Alguien ya la vio? me gustaría escuchar alguna otra voz.


Continuará...
PD: La cereza del pastel: quédense en la sala a ver todos los créditos, les aguarda una grata sorpresa.

lunes, 12 de abril de 2010

TAZA NEGRA CON FONDO TURQUESA

Como decía el slogan del famoso comercial de puros: "El sabor del encuentro", 15 días atrás vivencié el sabor de la tarea cumplida. Un sentimiento que hacía rato no transitaba. Sentimiento que florecía ante cada estreno de un espectáculo mío, ante cada nacimiento de mis sobrinas o bien ante la simple concreción de pequeños objetivos que me fui poniendo en la vida.














A medida que uno va creciendo, va cumpliendo años, se va poniendo... por que no decirlo! màs adulto, el camino (Por lo menos en mi caso.) hacia la concreción de los objetivos se va tornando más dificultoso. Para no sentirme frustrado y abandonar la lucha suelo aferrarme a pequeños elementos, como una especie de amuletos que me ayudan a llegar a la meta. Uno reciente y que recuerdo con mucho cariño, fue cuando decidì irme a vivir a solo.
El mismo dìa que lo puse en mi libreta, ya que dicen que las cosas hay que escribirlas para focalizarlas bien y que se cumplan, como una señal de que en ese momento empezaba mi lucha, pasé por un bazar y me compré 2 tazas negras con fondo turquesa. Al tomarlas en mis manos y luego de supervisar puntillosamente que no estuvieran cachadas en ningún sector, como una especia de flash back auto impuesto, me vi a mi mismo sentado en un sillón en el interior de un departamento mirando una película y en mi mano izquierda descansaba una de las 2 tazas.

Casi 3 años después, el pasado viernes mi hermano festejaba su aniversario de bodas y me dejaba a mis 2 queridas sobrinas bajo mi responsabilidad. Dicen que 10 años no es nada y vaya que esa frase hizo mecha en mis niñas, las cuales en abrir y cerrar de ojos cumplieron 11 y 9 años respectivamente. Uff, reconfirmo y escribo en el espejo cual Nacha Guevara esta frase: "10 AÑOS NO ES NADA".
Apenas llegaron a mi dto. cual adolescentes floggers adelantaras a sus edades (Sobre todo la pequeña de 9 años!!!) tiraron sus bolsos de animé japonés en mi impoluto sillón recto símil cuero negro azabache, el peso de las mismas formaba surcos en sus posaderas y ante mi asombro logré contenerme. Censurando mi espíritu obsesivo compulsivo del orden, no lo corregí. Ellas con el desparpajo y la ingenuidad de sus edades me ayudaron a cambiar unas crecidas plantas a sus nuevas y holgadas macetas de barro. Acto seguido nos fuimos a ver una película. Esa tarde proyectamos "Lluvia de hamburguesas", el titulo no prometía mucho, debo confesarlo más allá que lo importante para mi era compartir el tiempo con ellas. No obstante la película resultó muy piola, no solo para chicos sino para grandes también, se las recomiendo para una tarde con sobrinas o hijos.
Al estar tirados los 3 en mi cama de 2 plazas completando casi todo el espacio físico, pude advertir la 1er señal de su crecimiento y del transcurso de los 10 años junto a ellas. A veces me cuesta entender, como hasta hace 10 años atrás, esas personitas no existían y como era mi vida sin ellas. Al llegar la noche nos fuimos a comer afuera, o mejor dicho a un restaurante de comidas rápidas, a pedido de las niñas lógicamente. Nos comimos casi 5 combos entre los tres, los cuales incluían unos exquisitos sundaes de postre. Durante la cena rápida ellas hablaron sin parar, al mismo tiempo que adicionaban a su hamburguesa, con el profesionalismo de un chef: papas fritas, aderezos de varios colores, intercambiándose tomate por lechuga según sus propios gustos, Para rematar todo ese acting con un golpe seco a la tapa superior de emparedado, cual pase mágico, que les permitiò a semejante banquete pasar a través de sus pequeñas boquitas pintadas (Con permiso de la madre llevaban brillo de frambuesa en sus labios.) Esa fue la 2 señal que me hacía verlas de manera diferente e indefectiblemente retrotraerme 7 años atrás, cuando en el mismo local de comidas rápidas, quedaban casi inalterables los combos en la mesa, ya que el objetivo más preciado por ese entonces era obtener un juguete plástico de los que consiguen en el barrio de Once pero 10 veces mas caro e ir inmediatamente a jugar al pelotero (Años despues, por reiteradas demandas fueron sacados de la mayoria de estos locales de fastfood.) Hoy ya no había esos pedidos, por el contrario la conversación rondaba acerca de sus últimas vacaciones en la playa, o en las zapatillas "Pony" que la mayor había visto en el shoping o en la notebook que tenía pensado comprarse la menor (9 años!!!) con sus ahorros de la comunión.
Al llegar a casa nos pusimos como objetivo jugar algún juego de mesa o ver la 2da. parte de "Crepúsculo" (En este momento no recuerdo el título original) y quedarnos despiertos hasta aguantar, hasta ver el sol (Dijo la más grande) como hacen los adolescentes (Pense yo). Por supuesto que ganó la 2da opción; tal parece que los juegos de mesa en las nuevas pijamadas ya no están de moda, aunque me parecía un plan encantador ver el amanecer junto mis sobrinas desde la terraza de mi casa, tirados en una reposera los tres cubiertos por la misma manta. Tal vez algún día lleguemos hacerlo.
Mientras yo intentaba conectar la reproductora de DVD al LCD (Por dios! porque tiene tantas salidas estas TV nuevas!!), la más grande chequeaba sus e-mails por 3ra vez en el mismo día sin comprender porque no tenia ninguno nuevo, la menor salió del baño con su pijama (El mismo ya no era de princesitas sino de 47 Street) y con cara de: "Mi reino por una cama! (3ra señal de que ya no eran mis bebes), reposó su rostro sobre la almohada y en un abrir y cerrar de ojos, cuando la peli ya estaba pronta a iniciarse, cual "Bella durmiente" en pleno conflicto del cuento se durmiò placenteramente.
Solo transcurrieron 25min. de película y la mayor, la más “pre-adolescente” también cerrò sus ojos, luego de confesarme que ya había visto la película en 2 oportunidades y que no me había dicho nada porque quería que yo la viera a pesar de que la 1ra era mejor q esta. Obedeciendo su pedido (A pesar de que tenía razón, la 1ra era mejor), terminè viendo la película sentado en mi sillón "Pierre Paulin" estilo años 60, ya que entre las patadas de "karate kids" de la menor y los ronquidos de la mayor se me dificultaba la concentración. Al terminar la proyección, y mientras corrían aún los títulos atravesados por una canción melosa, típica de los finales de película Hollywodense para teens. Me encontró sentado en el nombrado sillón de época, tomando los restos de un té verde en mi tasa negra con fondo turquesa casi en un rol de estatua viviente. Sin proponérmelo, pude advertir que dicha imagen era lo más cercano a la que había soñado 3 años atrás… en aquel bazar de la avenida Sta Fe donde habìa adquirido las tasas, cuando veia tan lejana la concreción de este gran objetivo. No fue un deja vou, eso se los puedo asegurar ya que la escena era diferente: En mi sueño estaba solo sentado frente a un televisor con mi taza negra con fondo turquesa y en este caso estaba rodeado de mis sobrinas (Imàgen insuperable.) Me detuve si, pero sin darle demasiada entidad a ese momento. No quise profundizar sobre el hecho ya que pensé que no era el momento indicado para darle rienda suelta a mi emoción, ya que si por casualidad llegara a despertarse alguna de mis sobrinas no sabría explicarle lo sucedido o bien q era lo que estaba pasando. Tal vez hubiesen pensado que el tío estaba loco y lloraba con una taza en la mano (Que imagen patética no?)
Acto seguido apagué la tele y me fui al sillón cama del living, en busca de un descanso. Sabia que a más tardar a la 8am, mis niñas estarían con los ojos abiertos de par en par, diciéndome: "Y ahora que hacemos, vamos a ir a la quinta?"
Era una noche templada, por lo que no coloqué ningún tipo de manta en el sillón. El ventanal que comunica a la terraza estaba abierto de par en par y por la claridad de la noche se notaba que en breve arribaría la cálida luz del amanecer de un retrasado verano que estaba empecinado en no dejarle aire al otoño. Intenté dormir y hasta pretendí no darme por enterado de lo que me estaba pasando, del momento que habìa percibido timidamente en la habitaciòn con las niñas. Obviamente a los pocos minutos, me incomparé casi como un robot, me calenté otro té verde y salí a la terraza del pequeño departamento de Belgrano a presenciar el amanecer. Sentí que era lo debía hacer en ese momento y lo hice: Llevaba solo conmigo una bermuda floreada, una remera blanca con el cuello en “V” vencido por el paso de otros veranos, mi taza negra con fondo turquesa en la mano izquierda, y me dejé, simplemente... estar. Me entregué a los pocos sonidos que una ciudad cosmopolita podría brindarle a un amanecer de domingo. Claro está que me faltaron algunos de detalles: como mis sobrinas quienes dormían en la habitación, como la manta, como la reposera de madera de cedro, como la 2da taza que en su momento había comprado en el  bazar y que 1 mes atrás había roto al intentar lavarla, entre otros detalles. Aunque esa mañana, mientras la chicharra de un tren se escuchaba en la lejanía, sentí por un momento que todo estaba donde tenía que estar, de alguna u otra manera diciendo "presente", que todo era tal cual como lo había soñado 3 años atrás.
Solo... mirando el amanecer, atravesando un sentimiento que me cuesta expresar en palabras: tan pleno y tan llano al mismo tiempo. Desde ese lugar, en las alturas, pude saborear el hermoso gusto de la tarea cumplida, de la meta superada, del pequeño gran objetivo logrado.
Ese amanecer me di el tiempo que nunca tengo para pensar...  para mirar..  para reír… con tanto gozo (40min despues aprox.) Recién cuando mi barbilla empezó a sumergirse en el sol de aquel inolvidable amanecer, comprendí que nuevamente la película había llegado a su fin. Los créditos ya los conocía de memoria, por lo que volví a descansar a mi sillón cama. Apenas al cerrar los ojos no recordé más.

(Este párrafo adrede lo quiero escribir en tiempo presente)
Ellas, mis sobrinas, quienes desde hace poco más de 10 años forman parte de mi vida dándole mas sentido, más responsabilidad,  mas contenido.
Ellas que me hacen verme a mí a su misma edad en situaciones similares. En una lucha constante para no repetirme en viejos errores que "adultos" de ese entonces cometieron conmigo.
Ellas quienes en pocos años van a necesitar alejarse de nosotros (Su familia) para salir, experimentar con sus nuevos amigos. Ya no va a ser un buen plan ir a dormir a la casa del tío "artìsta".
Ellas, las mismas que cuando estén por finalizar su adolescencia van a sentir, tal como lo sentí yo, la necesidad de volver a los suyos. Ya sea para presentarnos a sus novios, ante cualquier problema o bien para pedirnos una mano con sus nuevos proyectos laborales, etc. Ahí pretendo estar yo, fuerte, dándoles la contención que necesiten para el caso.
Ellas cuando se transformen en adultos y lleguen a mi edad actual (Y esto si que lo deseo fervientemente) al leer este blog me entiendan, recuerden con nostalgia esas pijamadas y se enteren de lo que pensaba su tío cuando las miraba raro, con su taza color negra de fondo turquesa en la mano y tal vez se preguntaban por que el tio se queda tildado ante alguna pregunta nuestra.
Ellas... mis señoritas "L" y "R"... mis pequeñas boquitas pintadas.



Continuará...
PD: Otro día hablaré de mis amaneceres adolescentes o no tanto, os prometo.