viernes, 23 de julio de 2010

Caminando con poca luz.



Me siento como una bombita de 40 watts. Con poca luz, amarillento.
Como es esta vida que nos toca vivir a cada uno no? pareciera que siempre se empeñara en hacernos las cosas bien difíciles. Cuando parecía que ya tenia todo resuelto para volver al ruedo con mi próximo espectáculo teatral, mi casa armada con casi todo lo que quería tener, muchos de mis queridos amigos que había descuidado por tantos años recuperados, mi familia más firme que nunca y tantas cosas de menor importancia que no valdría la pena enumerar.
Hoy todo parece derrumbarse en este acogedor, cómodo y coqueto trabajo administrativo en el cual me muevo casi como un pez y como si perteneciera de siempre a esta "especie" de seres acostumbrados hacer siempre lo mismo cada día (Por lo menos de lunes a viernes). Me siento así, como uno más. Que feo por dios!! Lo que estoy diciendo... como uno más?? Yo que me creía un ser tan especial por el solo hecho de escribir historias, inventar situaciones, guiar actores a mi antojo casi como un juego y por el solo hecho de inventar realidades ajenas a mi vida cotidiana. Pronto todo cambiará y la seguridad que hasta hoy me da mi trabajo administrativo en breve no estará más y la incertidumbre de no saber como sigue esto me paraliza y eso para mí es lo peor que me puede pasar en este momento.
Este trabajo siempre estuvo en mi solo como una necesidad, como un puente para llegar a algo, a mis verdaderos objetivos. Fue así como tomé la propuesta y durante estos 2 años lo viví con bastante alegría (Mas de la esperada). Pero hoy siento, tal vez con no tanta claridad, que esta etapa está llegando a su fin o mejor dicho que debo ponerle punto final de manera urgente, de lo contrario el tiempo laxo se terminará comiendo a mi propio ser.
Por ahora el daño no ha sido trágico, solo se que me está transformando día a día en un ser más cómodo, más burgués, más básico y para serles franco no es algo que me interese demasiado. Hoy a la mañana pensaba durante mi rutinario y apelmazado viaje a la oficina, que tal vez esta señal me llegó hace bastante tiempo y yo nunca me quise dar cuenta.
Mi idea inicial, al entrar a este trabajo alternativo (Me gusta esta palabra, lo hace verse más grato.) fue juntar una manguillos, darme unos gustillos que hacia rato no me daba y fundamentalmente crearme mi propio espacio con el objetivo ni más ni menos de sentir lo que pregonan los yankees: "Good life".
Hoy muchos sentimientos grises que me invaden desde hace un tiempito (Cuando hablo de "grises" no quiere decir que este triste sino como en pausa.) me hacen desear con más fuerza que nunca la posibilidad de que este trabajo se termine, deseo recuperar mi alegría plena con la cual ya me había acostumbrado a convivir. Reencontrarme con mi gozo por el solo hecho de "estar" en un lugar, con mis ganas de volver a dirigir, con mis ganas de terminar de adaptar mis futuras obras de teatro que esperan en mis carpetas cerradas ya hartas de no ver la luz del día. Por respirar la humedad de una sala de ensayo, por sentir en mis manos esos libretos andrajosos, plagados de tachones de biromes Bic, de las manchas de café, que se yo... no quiero estar ausente, en automático. También por momentos me dan ganas de volver a actuar, solo actuar. Actividad que realicé por última vez en el año 2004. Empezar de cero siguiendo los pasos normales de un actor principiante: Presentarme a un casting, ser elegido, leer el libro con la ilusión de la 1ra. Vez y que me toque un papel (Ni el mejor ni el peor) solo un papel que me de placer y miedo al interpretarlo. O bien que alguna de las tantas personas que pasaron por mi agrupación a lo largo de estos 10 años me convoqué y me diga: "Tengo esto para vos". Que bueno sería che. Aunque siendo 100% sincero, esto último ya me ha pasado señores y más allá de si terminé enganchándome con la propuesta o no, lo bien que uno se siente cuando una persona que laburo conmigo (Tema que no es fácil) y que tal vez se fue no en la mejores condiciones, te elija nuevamente a vos (?) no tiene precio. Es hermosa la sensación de que efectivamente algo habrás hecho bien como para generar esa reacción en reciprocidad en algunas personas.
Por estos días mi estado es un poco más complejo, porque soy conciente que no estoy trabajando lo suficiente en este cambio que tanto anhelo. Porque hoy por hoy, y esto si que es lo más triste del post: ”No se si verdaderamente quiero modificar esta vida cómoda y meterme nuevamente en la vorágine del hecho teatro y hacerme cargo de todas las responsabilidades que ello conlleva". Se que si realmente lo quisiera, pero si solo "verdaderamente" lo anhelara, ya lo hubiese hecho. Tal vez ahí radique el espíritu de frustración que estoy transitando… hoy por hoy no anhelo nada... (¡!) y que amargo es el sabor de la nada por dios. Tal vez alguno de ustedes estén pensando: "Y este entupido se queja de esto?". Que se yo, a mi me tocó está realidad, pido disculpas, tal vez cuando me pase algo realmente grave recién ahí comprenda todo lo que tengo. Tal vez sea un tema de costumbre, yo siempre fui una persona plagada de proyectos y de encararlos en cantidad (Nunca me gustaron los números impares – cuaj!) y hoy verme así tan cómodo, tan centrado, tan apagado no me gusta, no lo termino de aceptar.

Puede parecer pedante lo que voy a escribir ahora, pero cada vez que he focalizado realmente un objetivo siempre lo he conseguido, siempre.
Me causaba gracia, cuando a veces algunos actores, a los años de dejar la Compañía Patrika, volvían a ver mis espectáculos con aire de grandeza, de mejoría, de superioridad, y me decían: "-Che que esperas para salir de este teatro-" "-Este espectáculo en otra sala metería el doble de gente" (A pasar de que mi sala estaba llena de público.) y yo los miraba... a veces solo lo pensaba pero otras tantas, que ya me rompía las bolas, lo miraba fijo y les decía: "-Sabes lo que pasa? que yo en este teatrito no solo hago lo que se me canta el culo (Libertad anhelada por cualquier artista que se precie de serlo) sino que me he sabido ganar mi propio público-". Y remataba con una frase bien pedante: -Sabes lo que significa que un espectador que ya vio 2 o 3 obras tuyas se acerque a un teatro para ver "que estamos haciendo?" sin importarle el titulo, la temática, la duración, ni nada. Con esa confianza ciega que solo dan los años de trabajo constante y la satisfacción de saber que creaste algo de la nada y que ese "algo" tiene un público que lo sigue? es impagable mujer-.
De más está decirles que muchas de esas personas hoy hace años que ya no actúan, o bien sus temporadas se han desarrollado en espacios escénicos impresentables o bien solo duraron escasos meses en cartel. Solo unos pocos de estos personajes siguen pululando por el medio teatral. Por lo general los que siguen laburando, no solo en teatro sino en varios frentes (cine, publicidad y TV) son los que más me apoyaron para que continúe con mis proyectos y que no se fijaban en estos detalles porque tenían tan claro como yo, hacia donde apuntaban mis producciones (Ojo que igual también transe y presenté mis obras en otros teatros).

Los años, entre otras cosas me han dado sabiduría (Solo un poquito eh) y hoy x hoy creo que ya no respondería de esa manera tan desagradable, sino que lo pensaría mejor y solo diría un vacuo: "Claro, claro... ". Nadie nunca me quiso joder, solo creían fielmente en lo que me decían y suponían que eso era lo mejor para mí. Reconozco también que los años me han oscurecido un poco el camino. Lo que tenía como seguro ya no está más y el miedo (Nunca le tuve miedo al fracaso) duerme en mi burguesa tranquilidad, llenándome de obstáculos e interrogándome continuamente el como, el para que, el porque de volver al ruedo en este momento de mi vida y si realmente “eso” es lo que quiero para mí.

Hoy estoy así, plagado de dudas que ni mi psicóloga sabe ni debe responder, porque todo depende de mí, aunque en el camino nos encontremos con amigos, con seres amados, con familiares, con escollos, con niebla, con sol, con lluvia... Siempre al final del mismo llegamos solos y así debemos tomar nuestras decisiones. Y en eso estoy amigos lectores, intentando encontrarme y ver como quiero seguir caminando.

Al terminar este post algo inesperado me hizo emocionar hasta las lágrimas. Una pequeña niña down que estaba en la oficina con su padre no paraba de tirarme besos y exclamar un tierno: "Hola" que repitió muchas veces cada vez que me tiraba un beso, con tanto amor, con la sabiduría de saber exactamente lo que necesitaba en ese momento. Como el mejor de los abrazos que hacia tiempo no recibía. En este día gris, ella fue el sol en mi camino.
(Referido a este último comentario les pido que no lo tomen como un golpe bajo, porque nada me pudo alegrar tanto la tarde como esa hermosa niña de no más de 7 años de vida).

Continuará...

miércoles, 14 de julio de 2010

Disculpe la molestias ocasionadas...


Si es verdad, lo reconozco. Hace bastante que no subía un post nuevo, así como también es verdad (Leer el Prólogo de mi blog) que nunca prometí una frecuencia constante en mi escritura. También hay una realidad, este blog cada vez lo leen más personas que me conocen y que a través de estos comentarios me empiezan a conocer aún más, lo cual es un arma de doble filo para mí. Pero como debo ser fiel a mis principios, al título de este blog (Mi vida fuera de mí) y no solo subir las cosas lindas que me pasan, debo empezar hacerme cargo y postear los últimos días los cuales transcurrieron bajo una tonalidad bastante gris. Como siempre digo, cada reflexión que vuelco en mi blog, lejos de hacerme daño me ayuda día a día a mejorar, a sanar, a ser mejor persona, a no caerme con tanta frecuencia, a entender más a mi entorno, a no traicionar mis ideales y por supuesto (Sobre todo en estos días grises) a limpiar un poco la niebla que se interpone estrepitosamente y que de vez en cuando me deja ver con un poco más de claridad el "verdadero" camino que elegí seguir por lo menos en profesión ya que en mi vida está un tanto confuso.
También hay buenas muchachos, que no les pinte el bajón. Estos últimos días no escribí nada porque estuve de de vacaciones en Uruguay , viendo teatro y pasando un finde como una celebrity (Que no soy obvio) en una casa de película anclada en José Ignacio. Alquilada en su momento por el desaparecido RRPP Gaby Alvarez. En esta casa encontré lo más parecido al escritorio de Diane Keaton en la peli "Alguien tiene que ceder" (La vieron? ella es una reconocida dramaturga del estilo Neil Simon.) donde de haber podido quedarme 1 mes hubiese escrito una obra completa. Pero bueno... "Lo bueno viene en frasco chico", decía mi madre y es una frase que adopte al darme cuenta que no iba a crecer más allá de mi metro 65 de estatura.

Continuará...