jueves, 30 de septiembre de 2010

Creer o reventar.


Foto: Marina Fantini, Paola Barrientos y actor
Obra: Estado de ira (En cartel.)

El pasado viernes, junto a mi gran amiga, la ya conocida sta. G tuve la oportunidad de ir a ver a una amiga y actriz al teatro Sarmiento.

Más allá que la propuesta era tentadora: ver una personita tan querida como Marina Fantini laburando en un teatro oficial dependiente del Complejo Municipal San Martín, la meca de todo actor que se precie de "serio", por lo menos así lo ven la mayoría de las personas del medio, aunque yo ya no lo veo así. Dirigida por Ciro Zorzoli, un director que aprecio y respeto por la relojería de sus montajes, protagonizada por Paola Barrientos (Para los que no la conozcan masivamente, ya que es un bicho más de teatro, es la mujer que hace de esposa de otro amigo Gonzalo "Crespito" Suárez en las publicidades del banco Galicia.) una actriz del carajo.

En cuanto a la obra en si estuvo bastante buena, a pesar de que el recurso de indagar en los comportamientos de un grupo de actores amateur era muy interesante, transcurrido hora y cuarto de puesta me terminó por agotar y no logré encontrarle un golpe potente al conflicto, que es lo que me gusta a mi ver en una obra. Al margen de que no cabe duda de que es un espectáculo de buena calidad actoral digno de ser visto. En esta caso la experiencia para mí iba más allá de ver una obra de teatro, sino que ocultaba la emoción de ver a Maru, una actriz que prácticamente empezó su carrera profesional en la compañía Patrika, haciendo un pequeña intervención en "El último día que Maite nos dijo adiós" y que luego fue creciendo y ganando terreno en las puestas que le continuaron como: "Patrika, la muñeca alemana" , "Casting - solo para niños prodigio", entre otras.

Luego del aplaudo final y mientras me encontraba enterrado aún en mi butaca esperando que saliera el resto del público de una sala colmada, indefectiblemente, como cada vez que veo una buena obra y empapado de un ambiente teatral, sentí unas ganas extremas de volver a dirigir... de volver actuar... de volver a ensayar... de volver a todos los rituales que hace unos años guardé celosamente en un lugarcito de mi corazón. También me invadió una sensación de orgullo de padre al ver "a la nena actuando", una estigma a lo Romay, el sar que todo lo descubrió (Jajaja) Quedate tranqui Maru, no "piré en un viaje sin fin" (Texto de la obra Maite - Temp. 1999/2000) se que todo te lo has ganado con el sudor de tu esfuerzo y persistencia a pesar de todos los palos que te pusieron en el camino. Yo solo fui un eslabón en tu carrera, solo el inicio de una larga escalera, la cual deseo que continúe creciendo sin pausa.
No sabes lo que me alegrò haber presenciado tu actuación y por un sueldo digno Maru!! como siempre decíamos por aquellos tiempos, en un país en el cual casi que tenes que dar las "gracias" para te paguen por actuar, cuando debería ser algo lógico como cualquier otro trabajo.
Lamentablemente me olvidé mis gafas y al estar sentado en fila 10 no distinguía bien los rostros, por lo que me he perdido gran parte del trabajo. Pero bueno, los años no vienen solos y en mi caso a los 30 me vinieron con unas gafas de regalo para ver de lejos.

Minutos más tarde, cuando ya estábamos comiendo en la legendaria pizzería kentucky de Palermo, por unos instantes me fugué de la conversación con la sta. G y me fui 17 años atrás:
Era una tarde primaveral y mientras se armaba el set para filmar una de las escenas de "La banda del golden rocket" (Unitario para adolescentes éxito de los años 90.) yo, quien por ese entonces recién comenzaba a estudiar teatro seriamente, de puro caradura o tal vez en el afán de caerles en gracia a mis amigos, me acerque a una chica quien parecía ser una de la actrices quien por ese entonces aún no era muy conocida, ya que las figuras de la serie eran: Araceli González, Adrián Suar, Diego torres, la sex simbol del momento Marisa Mondino, entre otros.
Yo me acerque y recuerdo que lo 1ro que le pregunté fue: - Te puedo hablar? - ella me dijo que si. Nunca fui una persona cholula, pero esa tarde, tal vez obnubildado por su pelo rubio perfectamente laqueado e inamovible, su agradable tono de vos y su exquisito perfume lo fui. A los pocos segundos le hice la segunda pregunta: - Como te llamas? - y casi sin escuchar la respuesta le afirmé descaradamente a menos de 20 cm de su rostro: - Sabes una cosa? yo estudio teatro y algún día voy a trabajar con vos -. Ello esbozó una espléndida sonrisa al limite del temor y el compromiso que seguramente le generó mi presencia.
Tres años después, una noche de diciembre, con mis amigos de aquel entonces habíamos decidido ir al teatro del centro (Entrenábamos en la casa de la cultura de Olivos, una especie de gueto seudo cool. El centro para nosotros era ir a otra provincia.) más precisamente a la sala Casacuberta del Teatro San Martín. Era la 1ra vez que iba a ese teatro, en ese momento se estaba presentado el que sería el último espectáculo de "La troup", con un elenco de lujo encabezado por: Gerardo Hochman, Chacovachi, Pasta, Marcelo Kats, entre otros (Hoy todas personajes consagrados de la escena local e internacional.)
La función finalizaba con una hermosa y poética lluvia de avioncitos de papel, y tal vez con la excusa de llevarme un presente, un especie de trofeo de guerra o simplemente un recuerdo del hermoso momento que había vivido, cual vieja que se roba el centro de mesa de cada casamiento, me acerqué al imponente escenario y agarré uno de los avioncitos de papel. Con la emoción del trofeo en mi mano y ante el imponente paisaje que me ofrecía el enorme proscenio de la sala Casacuberta sentí el impulso de tocar el escenario e inmediatamente estaba afirmando cual Nacha Guevara frente a su espejo del viejo canal ATC: "Yo voy a trabajar en este teatro". En su momento, no lo tomé demasiado en serio y por ende tampoco se lo comenté a ninguno de mis amigos, lo tomé más como una humorada que otra cosa.

Apenas 5 años después y lejos del más auspicioso pronóstico que hubiera podido imaginarme, Gustavo Schraier (Un productor fuera de serie que hasta no parece que lo fuera.) me estaba convocando para integrar el elenco de "La tempestad" de Shakespeare, en el Teatro San Martin, dirigida por el español Luís Pascual y con un elenco encabezado nada más y nada menos que por Alfredo Halcón y adivinen quien hacia de su hija? (Miranda) Si, la joven actriz de "La banda del golden rocket" convertida ya en una figura reconocida en el ambiente llamada Eleonora Wexler y en la misma sala Casacubertaaaaa!! (Juro por mi querida madre, que todo lo que estoy contando es 100% real y falta más.)

Durante los inicios del año 2000, mientras que Maru estaba sentada en una de las butacas del Teatro San Martín, presenciando la función de prensa de "La tempestad", ya que por ese entonces junto con Luchito manejaban la prensa de lo que era mi nuevo espectáculo ("Patrika, la muñeca alemana"). Diez 10 años más tarde, ya con los roles cambiados, cual padre orgulloso me encontré a mis anchas ocupando toda la butaca del teatro Sarmiento presenciando la función de mi amiga Marina Fantini como un espectador más, con la misma felicidad que viví el golpe de popularidad de una querida persona como Eleonora y compartiendo todas estas emociones, siempre al pie del cañón mi incondicional amiga, la sta G. Podría pedir algo más?

Por supuesto que los éxitos propios y ajenos, tienen sus pro y sus contras. En otro momento me hubiese quedado esperando en la puerta del teatro a Maru para darle un abrazo interminable o bien hubiésemos coordinado para ir a comer juntos a la salida o repetiríamos aunque mas no sea 1 vez por semana nuestras charlas de backstage con Eleonora Wexler. Pero hoy ya no, eso se ha perdido por algún motivo que tal vez no me convenga profundizar. Algo ha cambiado en nosotros, lo cual no me quita la felicidad y el orgullo de haberlas conocido.


Continuará...

Nota:
Durante las 2 temporadas que duró "La Tempestad" en el San Martín, nunca me atreví a contarle esta anécdota a Eleonora Wexler.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Denigrándome en estado puro...

El feliz aniversario de mi querida empresa.


Si puedo destacar alguna cualidad de mi persona, es que suelo adaptar mi comportamiento social a distintos ámbitos laborales con una facilidad casi irreconocible en mí, sobre todo en estos últimos tiempos.
Como ya sabrán, aquellas personas que suelen leer este blog, desde hace unos años y con el objetivo final de poder comprarme mi casa propia estuve trabajando en una empresa aérea. Además también fue una forma de huir por un tiempo (Eso espero) del agóbienle ámbito teatral, ítem del cual también he dado las explicaciones del caso en antiguos post.

El pasado viernes tuve la oportunidad (?¿) de concurrir al festejo del 18 aniversario de la empresa. Vale la pena aclarar antes de que continúe con mi relato que en los casi 3 años que llevo en la misma, siempre me las he ingeniado para faltar a todo tipo de festejo o reunión fuera de la oficina. Creo que ya es más que suficiente las 8hs de lun. a vier. que paso junto a ellos como para sumarle un after office o lo que se le parezca. Pero este aniversario se llevó a cabo un día viernes, justamente no tenia nada que hacer y pensé: - Es solo una cena, buena comida, bebida gratis y supongo que nadie se va a ofender si como y me voy -.
Luego de comprometer mi presencia en el evento ante una de las autoridades máximas, como ser la esposa del vicepresidente en Argentina (Para que se hagan una idea es una especie de Mariana Nanis pero del altiplano.) llegue a mi casa corriendo desde la oficina y me dispuse a disfrazarme. Siempre lo viví de ese modo, cuando algún tipo de evento me limita a usar prendas que tal vez en la vida cotidiana no las usaría, en vez de decir: "me visto de tal forma", digo: "me voy a disfrazar". No se, me hace sentir menos prostituto, me creo que estoy actuando tal o cual personaje y lo interpreto como si fuera una función... una larga representación de casi 4 horas (Uff) Así fue pues, con total naturalidad me calcé un pantalón legacy azul Francia, una camisa a rayas azules y blancas con cuello y puños blanco Ala más una especie de zapato-zapatilla en distintos tonos de cuero amorronado, Me perfumé con los restos de mi ultimo Kenzo y salí a la puta calle.
La cita estaba pactada para las 9 PM, como era de esperar pedí un remise con el objetivo de llegar alrededor de las 9 30 pm., ingenuo de mí supuse que para esa hora todos mis compañeros ya habrían llegado y así evitaría el tedioso momento de tener que hablar con los gerentes, con Mariana Nanis o con alguna persona que en otras circunstancias jamás hubiese cruzado un simple "hola".
Al llegar al salón estaba lleno de gente desconocida, por suerte pude divisar a Sara (Tratándose de gente que no pertenece a mi circulo intimo, decidí cambiarle los nombres aunque dudo que alguno de ellos llegue a leer este blog.) la encargada del dto. de devoluciones con quien se puede entablar una conversación llevadera. Copa en mano y al lado de una extensa mesa con una entrada impresionante (Langostinos, fiambres, quesos, ensaladas, sushi, etc, etc.) ambientada cual tenedor libre con cierto nivel. Minutos más tarde fueron llegando todos mis compañeros con quienes nos fuimos ubicando en nuestra mesa. Apenas me senté, me dije: "Ya estoy acá, interpretando mi personaje de empleado admin. de una importante compañía, comete todo, relájate y ándate la más rápido posible luego de que corten el pastel" o traducido en palabras más simples, como diría mi madre: "Estoy metido en el baile y debo bailar". A los pocos minutos, ya me estaba denigrando sin ningun tipo de filtro. Empecé hacer chistes en la mesas, del estilo: "Chicos quiero que sepan que la voy a pasar muy mal esta noche". Todos se rieron instantáneamente y con la misma intensidad ante cada una de mis intervenciones, tal vez sin advertir que detrás de todo chiste siempre habia una gran verdad o simplemente porque estábamos en la misma posición, todos disfrazados interpretando un rol a pesar de que todo esa noche fue patèticamente cierto.
(Volviendo a la frivolidad del evento...)
Aprovechando las exquisiteces de la recepción y sabiendo que no soy un gran consumidor de carne, arrasé con los langostinos, con las ensaladas de pulpo, camarones y canicama sin ningùn tipo de complejo y como si hubiese pasado 5 dìas sin probar bocado. De hecho hasta tuve tiempo para improvisar un acting lesbico entre dos langostinos y mi boca (Creo que fue demasiado fuerte para ese público.) Luego llegó el show contratado por la empresa para "agasajar" a sus empleados. Para que se den una idea del nivel intelectual de la presentación, la persona que se ocupó de organizarlo, estaba  duditativa entre Martín Bozzi (Imitador de la presidenta, La Chiqui Legrand, entre otros.), Zulma Lobato y una Vedetona que no recuerdo el nombre (Imitadora de Silvia Suller, Gabi Sabatini, entre otros.) Finalmente y debido a que todas estas "figuras" tenían su agenda completa para esa noche, terminó contratando al mago Chesteer (O algo así) Un mago de pelo enrulado, de 2mts de altura y con unas ojeras negras que le llegaban casi hasta el final de su extensa nariz. Bajo una música bolichera del oeste, inicio su show de magia y humor a todo ritmo. Con la facilidad de quien repite la misma rutina durante años y con una rapidez digna de un relator de futbol o de un bailantero que estaría llegando tarde a su próxima presentación (Una hora y cuarto más tarde me enteraría que el mago tenía 3 show esa misma noche.) realizó su rutina sin pestañar. Una sucesión de números añejos, gastados, chistes ordinarios y gags al por mayor cuyo pilar fundamental se basaba en la denigración de la persona que invitaba a participar de cada numero, transcurrieron los casi 45min. de su show.

Tenía 2 opciones:
A) Poner mi peor cara de culo y pasarla mal.
B) Cagarme de la risa de la situación decadentona que me rodeaba, ralajarme y disfrutar dentro de ese contexto.

Opté por la opción B y debo reconocer, aunque me asuste en el algún punto, que no la pasé tan mal como esperaba. La atmósfera almodovariana con algunas reminiscencias al mejor estilo Brigitte Jones, mi participación junto al mago Chester en uno de sus 1ros trucos junto a la esposa de mi gerente (Nadie quería participar.) hicieron de esa noche algo un poco llevadero. Literalmente todo me importo 3 carajos Sra. Rosa.
Apenas cortaron el pastel aniversario, llamé desde mi celular un remise y a los 10 min. ya estaba volviendo a mi hogar. Con la cabeza apoyada en la ventilla del auto, el 1er botón de mi pantalón azul marino estilo Nordelta desabrochado (Comí demasiados langostinos) pensé en el patético acartonamiento de estas reuniones que uno a veces debe acceder por compromiso y lo bueno que es tomarse las cosas, como diría una tía amada: "Con soda nene" o bien sirviéndome de la frase de la gran Coca Salí: "Chupe que es trabajo" (En este caso lo reemplazaré por el "Coma".)
Fui conciente que durante gran parte de la noche coloqué el piloto automático de mi cerebro y fui uno más...
Uno de aquellos que nunca piensa nada en profundidad,
Uno de aquellos que solo especula en lo que le diría a su jefe el día que renuncie en su empresa,
Uno de aquellos cuyo único objetivo o felicidad plena consta en esperar el "buen finde",
Uno de aquellos que solo piensa en celulares, play station, notebooks, I phone, I pad, bla bla,
Uno de aquellos que caminan como zombis al bajar del tren, empujando gente y subiendo derecho por plaza San Martín junto a la manada,
Uno de aquellos que planea sus vacaciones en lugares de moda,
Uno de aquellos que recorre shoping buscando desc. de productos que ya tiene en todos los colores,
Uno de aquellos que se acostumbra a la costumbre del día a día...

... No me asustó serlo por un momento, tal vez porque tengo la plena seguridad de no ser ninguno de "aquellos" o porque desde chico tuve claro lo que no quise ser aunque de vez en cuando me confunda un poco. Siempre le di batalla diaria y prioridad al ser "yo" y no al ser "aquel". Tal vez aquí radique el motivo de porque me fastidia tanto ver estos comportamiento en los otros o lo que es peor aún, verme en algunas circunstancias o momentos reflejado en ellos.

No me enorgullece la situación, tampoco me hizo un efecto rebote ir a la cena, ni me deprimió ni mucho menos. Pero por unos segundos, cuando volvía meditando en el remise bajo el respetuoso silencio del chofer, sentí un vacío que me caló hondo, como un sentimiento muy prostituto, similar del que hace algo que no le gusta solo por dinero.

Continuará...





viernes, 3 de septiembre de 2010

I AM SNOB

Viernes con viejos amigos

 

Hace unos meses invité a casa a Dani (Es otra Dani, nada que ver con la del I Phone del post "Vont vivant") y Lau, dos actrices y amigas con las que tuve la suerte de laburar durante muchos años en teatro, inclusive antes de que se formara la Compañìa Patrika. Con Dani arrancamos estudiando teatro juntos en Olivos hace muchooooooos años y con Lau nos conocimos en la EMAD (Esc. Municipal de Arte dramático.) cursando la carrera de formación del actor. Luego de realizar exitosos espectáculos juntos como: "El último día que Maite nos dijo adiós" y "Patrika, la muñeca alemana", ambas dos finalizaron su etapa dentro de la compañía en la misma época. Años más tarde, el tiempo, comentarios y demás detalles que no vienen al caso o mejor dicho no tengo intención de contarlo en este blog, más teniendo en cuenta que la mayoría de los acontecimientos pasaron hace tantos años que ya ni me acuerdo y desde hace otros tantos decidí quedarme con los mejores recuerdos de ambas, los cuales a rigor de la verdad, ampliamente superaron a los malos.

Hacía 10 años que no las veía (Toda una vida, no?) situación que me remitió inmediatamente a la frase: "10 años no es nada". Quien carajo la habrá inventado? flor de mentiroso el hombre... para mí? toda una etapa intensaaaaaa de mi vida. Por lo que hará unos meses las invité a comer en mi departamento. Recuerdo de ese encuentro, más cercano a un baby shower que a una reunión de viejos amigos, ya que ambas llegaron con sus respectivas panzas (Embarazadas.) De hecho una de ellas a punto de parir y acompañada de su pareja que "oh casualidad" también laburó conmigo en la compañía Patrika, quien tal vez por el vínculo amoroso con Lau sintió que estaba invitado también (Entre nosotros? yo no lo invité). Bruto de mi no haber pensado que en su estado embarazoso nunca hubiese podido venir sola. Por suerte siempre he sido un tipo muy previsible, tanto en mis obras como en mi vida personal, suelo tener plan B por si las dudas llegara a fallar el A y habìa preparado comida de más. La cena estuvo buena, más allá que el único objetivo del encuentro para mí, eran las ganas de volver a verlas luego de tantos años y que supieran que de mi parte estaba todo super bien. Que más allá de los roces, reproches o comentarios desafortunados que hubiéramos tenido años atrás, en nuestras interminables temporadas, el buen recuerdo que yo guardaba de ambas estaba intacto. Tal vez los años y el hecho de no tenerlas presentes en mi vida hicieron que el recuerdo de lo que ya no estaba o de lo que en su momento no se aprovechó al 100%, estuviera más latente en mi corazón.
Durante la cena nunca profundizamos sobre nada, habían pasado tantos años sin vernos que saltábamos de tema en tema sin darle un punto final a ninguno. Ellos me preguntaban casi como si fuera un reportaje y yo respondía más que elocuentemente y con total naturalidad (Soy nabo - soy solo). Por un momento me sentí la persona que fui en ese entonces, el que monologaba solo con sus actores, jefe de prensa y asistentes sin importarle demasiado la opinión del ellos porque creia ser un ser que todo lo podía (Tonta pobre tonta - sing). Tan diferente al cambio que estoy transitando por estos tiempos, donde he aprendido (de apoco, muy de apoco) a escuchar al otro, el cual también tiene cosas interesantes que aportar (Seguramente más que las mías.)
La cena o mejor dicho mi monólogo se interrumpía solo cuando la panza de Lau comenzaba a moverse y todos asombrados nos deteníamos a ver los movimientos del Gremelins que llevaba en su interior. Reímos mucho, fiel al estilo grupal le sacamos el cuero a un montón de gente. Especialidad destacada en Lau que lo hace con un estilo y un humor únicos en el medio. Es una lástima que sea una actriz, hoy por hoy, auto excluida de los escenarios porteños (Espero que no sea por mucho tiempo más.) De hecho quienes hayan visto "Maite" o "Patrika", ambas protagonizadas por ella, sabrán a que me refiero.
En cuanto a Dani, siempre fue más del palo de la comedia musical, creo que ha visto todos los musicales que llegaron a la Argentina y en repetidas oportunidades. Con ella vi el 1er. musical importante en mi vida que fue "El beso de la mujer Araña" dirigida por el prestigioso Harold Prince y a pesar de que nunca fui fanático de los mismos hasta el dìa de hoy lo recuerdo. Además con Dani me une un cariño y un agradedicimiento eterno, ya que fue la 1er. actriz que me animé a convocar para una obra y desde ese momento hicimos 5 espectáculos juntos, uno atrás del otro y sin pausa. El único sabor amargo que me quedó de nuestra relación se debe a la forma en que decidimos su salida de la compañía, de la cual no me arrepiento ya que el tiempo me dio la razón y no hubiese estado bueno que ella estuviera en el próximo espectáculo ("Casting, solo para niños prodigio"), tal vez los motivos nunca los entendió y se que durante mucho tiempo estuvo ofendida o disgustada conmigo y la entiendo, siempre la entendí. Por tal motivo en cierta forma tomé distancia durante mucho tiempo como respetando su enojo o lo que fue peor para mí, su indiferencia. Además comprendi, luego de varios años de tarapia, que mis "modos" poco sutiles de expresión verbal por aquel entonces no eran los mejores y de haber continuado, más teniendo en cuenta todos los problemas que hubo con el 1er. elenco de ese entonces, se que no la hubiese pasado nada bien. Por suerte o por empeño, la vida siempre da revancha y la 2da. temporada de "Casting, solo para niños prodigio", no solo fue un éxito de público sino que se armó un grupo humano excelente pocas veces vivenciado en la compañía Patrika. En solo 3 meses de laburo intenso pudimos reestrenar "Casting 1 y 2" y estrenar la esperada "Casting 3" con la que completamos una trilogía hermosamente compleja, en la cual nos acompañaron mas de 12000 espectadores, quienes hasta el día de hoy, nos recuerdan algún que otro texto de la obra. Un acontecimiento imposible de olvidar y de repetir hoy, por lo menos para mí.

En fin, como de costumbre me fui al carajo nuevamente. Intentaré retomar el hilo...

Cuando el esposo de Lau (El sñor G.) comenzó a cabecear, fue el momento oportuno para las despedidas y las promesas de siempre, entra las que se destacaron: la de volver a juntarnos, la del vapuleado: "Que se repita! si?", todo estuvo muy rico", etc. etc.
A pesar de mi escepticismo nacido en el hecho de que todos mis amigos cuando vienen a mi casa terminan con las mismas frases y nunca las cumplen. Lau y Dani si cumplieron con la suya y 2 meses (Este ùtlimo viernes 27/08.) más tarde me invitaron a comer una exquisitas pizzas gourmet realizadas con sus propias manos. Yo por mi cuenta llevé un rico helado de sabayon con nuez, mascarpone y dulce de leche granizado. Esta vez se sumó a la cena la Sta. Cum, otra de las geniales actrices cómicas y amigas que también pasaron por la compañía Patrika. Hoy en día es una de las integrantes de Improvisados, una de las más reconocidas agrupaciones de improvisación de la Argentina junto a Improcrash, otros lindos amigos mios, razón que me llena de felicidad el solo hecho de que les vaya tan bien y sobre todo haciendo lo que más les gusta.

La cena fue en su acogedor departamento de zona norte y en compañía de sus 2 hijitos (Una niña de 6 años y un niño de apenas unos 2 meses de vida, el gremlins.) Podría decir que fue la antítesis de los que suelen ser mis cenas, ni mejor ni peor, solo la antítesis (Quien haya leído algún post sobre las cenas en mi casa sabrá a que me refiero.) Nada parecía estar demasiado organizado, en la rustica y bella mesa de madera del living permanecían apenas unos vasos colocados intempestivamente y un guacamole con nachos jugaba como una especie de centro de mesa. El fondo de la escena estaba cubierto por un elegante papel tapiz color marrón con celeste y ahí nos fuimos ubicando todos los comensales en orden de llegada, nadie tenía un lugar preestablecido, solo alcanzaba con la simple calidez y el buen humor de la anfitriona. Es tan bueno saber que más allá de mi obsesión por el orden, la organización, el control de cada uno de mis movimientos y porque todo resulte lo más profesional posible (Si ya se, soy un boludo, parece q estoy hablando del montaje de una obra y es una cenaaaa!!), uno puede permitirse y disfrutar la manera de ser del otro sin verlo como un "error", sino como otra forma de encarar la vida. Esa noche me pude relajar y disfrutar a la manera de mis amigos, de su comida, de su charla, de su valioso tiempo ofrecido sin restricciones.
En esta oportunidad por suerte no monologue, sino que supe escuchar a mis viejas amigas, conocí a la nueva pareja de Dani (Conocer es una forma de decir ya que no esbozo un solo comentario en toda la noche.) un hombre de pocas palabras pero de una mirada que por lo menos a mí me trasmitió mucha paz, tan diferente a lo que me imaginaba la vez que Dani me comentó que era personal trailer Y en el caso de Cum fue a la cita sola como yo, por lo que no tuve la oportunidad de conocer a su "pequeño" novio. Lo más importante fue que las noté tan plenas hablando de sus parejas que me alegró aún más verlas de esa modo.
Las conversaciones fueron tal como en el 1er encuentro, snob al 100% pero ya no con la ansiedad del 1er re encuentro. No recordamos mucho el pasado ni tampoco hablamos demasiado de teatro, ya que el 50% de la mesa de mommento estaba un poco retirado de la actividad. Yo la pasé muy bien y como siempre los comentarios más cómicos estuvieron de la mano de Lau, quien luego de imitar a su compañera de oficina, la cual finalizaba todas sus frases torciendo su labio inferior con un rictus hacia la izquierda que solo ella podía hacer de manera tan magistral (Lau por favor volví a los escenarios!!)
La pizzas estuvieron deliciosas, la noche más que amena, de hecho por un momento sentí que los casi 10 años que habían pasado sin vernos con Lau y Dani, más los casi 6 años que no veía a Cum, nunca habían pasado. En un momento me detuve a observarlos... Ahí estábamos, todos alrededor de la mesa, tal vez un poco más grandes, más maduros, más responsables, más contenidos, pero más allá de los demás comensales, quienes para ese momento ya se habían retirado al sector de los sillones, en la mesa quedabamos solo nosotros, con la esencia intacta, aquellos compañeritos de la EMAD que habíamos sido años atrás reunidos nuevamente, despejadas de una sensibilidad barata, solo éramos nosotros mismos.
Cuando el esposo de Lau, el señor G. fiel a su estilo comenzó a cabecear, fue el momento oportuno para las despedidas. Esta vez no hubo promesas de volver a juntarnos, a pesar de que cuando volvíamos en el remise con Cum, nos prometimos un nuevo encuentro junto con otra queridísima amiga, a quien llamaré Andy (En breve publicaré un post dedicado a ella.)

Con llegué a mi casa pensé en todo lo que había pasado, no les voy a mentir: no fue una "gran" noche, tampoco esperaba que fuera asì. Ni tampoco tenía la misma expectativa que tuve la primera vez que nos juntamos hace unos meses con Lau y Dani, pero la pasé genial, me divertí esa noche snob con mis viejas amigas y lo más curioso que me llevé del encuentro (Por lo menos fue lo que yo percibí.) fue la sensaciòn impregnada de que el tiempo no hubiese pasado, por momentos sentì estar en la sobre mesa de un bar de San Telmo luego de una de nuestras funciones. Claro está que todo era parecido, nunca fue igual.



Foto: Yo, Dani, Lau e hijo y Cum, 10 años despuès de laburar juntos
en la Cia. Patrika.






(Nota: Este mensaje es para ustedes niñas, las protagonistas de la noche por si llegan a leer este post. Gracias por la noche de anoche y por dejarme vivir dentro de mi nuevamente. Las quiero, las recuerdo y les agradezco enormemente haberme dado la posibilidad de ser parte de sus vidas.)


Continuará...