viernes, 26 de marzo de 2010

Nunca màs Viviana Canosa ?



Ayer 24 de marzo, día en el que se recuerda a los más de 30.000 desaparecidos, siendo una de las épocas más nefastas de la historia de nuestro país. Entre las 5 40pm y 5 50pm, me encontré en mi departamento llorando frente al televisor. Lo más tragicómico de la situación, que no me encontraba viendo un informe especial de TN, o la melosa transmisión de la TV Pública o bien el gran despliegue de cámaras y helicópteros de C5N (Nuestra versión seudo facho de la CNN) Estaba viendo el programa amarillista de la Canosa, vestida con un conjunto de encaje rosa impecable y con su pelo laqueado de peluquería, el cual solo tenía un leve movimiento en dos mechones seleccionados cuidadosamente de su flequillo. No se que le ha ocurrido a esta mujer, pero últimamente dedica algún bloque de su programa chimentero a cuestiones más humanitarias (Seguramente tenga que ver ese cambio con su último viaje a Haití?) ya que no es la 1ra. vez que veo en la repetición que pasan a las 2am notas de este estilo.
Vale la pena aclarar, para la mayoría que obviamente no me conocen, que nunca fui una persona con un gran compromiso social y mucho menos político. Tampoco estoy muy convencido de que se fije una fecha especifica para recordar a las victimas, ya que considero que semejante flagelo, como la toma del poder a cargo de los militares, la cual se sabe que duró bastante más que un solo día. Provocado un dolor tan intenso, profundo, irreparable e inmenso en todos los argentinos que el solo hecho de que en cierta forma los medios, las abuelas y madres inclusive nos obliguen a recordar estos hechos en el marco de una fecha especifica, cuando en realidad debería ser como lo "es", un dolor que nos va acompañar de por vida. En fin, no me cierre aún el tema de fijar una fecha, salvando las diferencias lo veo más emparentado al caprichoso día de la madre o del padre, cuando todos los días nuestros padres son "padres". En estos 2 últimos casos lo entiendo más por el lado comercial del "regalito" y la mar en coche (Que carajo querrá decir esta frase: “La mar en coche”?); o será que de algún modo también nos quieren comercializar un genocidio de semejante magnitud? Juro que cuando veía las imágenes por la televisión, donde se veía entre otras secuencias: el puesto de choripan en el medio de la plaza rodeada de comensales hambrientos, una formación del algún partido político bailando al son de una batucada como si estuvieran en una cancha de fútbol, el imponente escenario más cercano al de una estrella de rock que al de un encuentro con semejantes características, en donde la gran bailarina Mora Godoy realizaba un fragmento de su show Tanguera, intercalado con fragmentos de hermosos poemas y cartas sobre actuados en demasía por reconocidos actores comprometidos con la causa, entre otros momentos pintorescos... sentí que se trataba de una gran fiesta seudo cool. Solo faltaría al día siguiente las típicas fotitos de las celebritys posando con una cerveza de marca en la mano y al pie de cada imagen se podría leer: “Juan Palomino dijo presente en la carpa VIP del evento “desaparecidos”. Nada más lejos del objetivo final que encierran estas conmemoraciones. Tampoco pretendo levantar la barita de la gran moralina o del señor comprometido. Yo no tengo ningún pariente desaparecido, ni lejano ni cercano. No tengo ningún amigo cuyos padres estén desaparecidos e inclusive hasta pocos años era tan hueco mi pensamiento que ni siquiera me detenía a pensar en esta etapa nefasta de nuestra Argentina. De hecho creo que lo único que comparto incondicionalmente es llevar el mote de haber nacido unos meses antes en los que explotó el golpe de estado mientras que mi joven madre se preguntaba en su cómoda sillón chesterfield verde inglés recién comprado: “A que país estaba trayendo a su hijo? y si esta situación iba a cambiar en algún día”. (Para ese entonces no sabía ni el 10% de los hechos y acciones horrorosas que íbamos a ser testigos años más tarde.)

Paradójicamente, en el día de ayer logré encontrarme con mi emoción, no con las imágenes de este seudo festejo conmemorativo y televisado con más de 20 cámaras, sino que lo encontré viendo un pulgoso, kisch y previsible programa de chimentos. Cuando en un momento uno de los panelistas confesó al aire que él era hijo de desaparecidos mientras que al mismo tiempo, la conductora del ciclo mostraba una fotografía color sepia de la madre del panelista abrazada a su hermana mayor en una playa de Mar del Plata. Obviamente que a los pocos minutos irrumpió en escena, a través de un móvil en vivo desde la plaza de mayo, la hermana de este, quien llevaba enlazado a su cuello la misma foto con su madre ampliada. Hasta el momento todo trascurría sobre los carriles previsibles de un programa de chimentos y mientras esperaba el golpe bajo, a los hermanos llorando vía coaxial y la pelirroja conductora fingiendo emoción y dolor. Sorpresivamente fui espectador de un momento hermoso, donde pelos de la piel se me erizaron como solo me sucede ante una emoción extrema, cuando lejos de las palabras cursis que uno esperaba, el panelista haciendo unos esfuerzos imposibles por mantener inalterable el tono de su vos, confesó en vivo un comentario que siempre le hacía su hermana, quien lo escuchaba serena y atenta desde el móvil. Lo citaré textual: "Mi hermana siempre me decía que yo hacía televisión o bien intentaba hacerme famoso pensando que mi madre, tal vez viéndome por la tele, me podría encontrar".
Sin poder terminar casi la frase, el panelista se levantó bruscamente de su butaca ofreciendo un movimiento fugaz que evidentemente no estaba previsto por el director del programa y tapándose el ojo derecho cual niño que no quiere que lo vean llorar, corrió a los brazos de la conductora que por un momento se olvidó de sus acartonadas poses felinas y lo abrazó como la mejor madraza. Como una matrona que abraza a su hijo en la puerta del cole en su 1er. día de clases, como la madre que abraza a su hijo al recibirse de medico, como la madre que abraza a su hijo ante la muerte de un ser querido, como la madre que abraza a su vieja madre intentando aprovechar al máximo sus últimos tiempos juntas, como la madre que abraza a su nieto, como la madre que abraza a su esposo cuando su hijo deja vacía una habitación de la casa, como la madre que abraza por el solo hecho de poder abrazar.
La conductora lo apretujo junto a su regazo, posicionando sus piernas paralelas al piso como para no perder el poco equilibrio que le proporcionaba sus extensos tacones al tono. Un plano que no le favorecía en nada la tomaba de atrás con sus pequeñas pantorrillas saliendo hacia afuera como quien se arquea por el sobre peso que le proporciona al que está sosteniendo pero que le quedaba tan bien en ese instante. En un momento el panelista, conciente tal vez de los tiempos televisivos amago a soltar a la conductora y esta lejos de acceder a su pedido lo acogió aún más fuerte, diciéndole lo mucho que lo quería a viva voz y desprendida de su impostado tono meloso. Inmediatamente la cámara comenzó alejarse, cual final de una lagrimosa película de sábado por la tarde y bajo la mirada atónita, seria, perpleja de los demás panelistas quienes no comprendían la situación dentro de ese contexto, la conductora bajo un tono digno de una obra de Lorca ordenó un corte. Todo fue tan real, tan emocionante que jamás imaginé que este 24 de marzo de 2010 iba a comprender, aunque sea en un porcentaje minimìsimo, el dolor de una herida abierta, el no saber como y cuando mataron a tu madre, el no tener un lugar físico donde llevarle una flor, el no saber cuanto sufrió, que le hicieron o lo que es peor... la duda eterna, el no saber si mirar al cielo o a la tierra, el "no saber" si en algún lugar del planeta aún vive esa persona desaparecida tan injustamente.
En el ex canal de Romay, esa tarde estaba todo preparado para ser un momento estándar más de la TV Argentina, un momento de obligada y pasatista reflexión sobre un tema que muchos hablan, politizan, discuten, pelean, pero solo una mínima parte se detiene a pensar en el dolor "real" (Encomillo esta palabra adrede y con extrema furia.) de semejante acontecimiento histórico (una buena tenía que tener, ya es historia, triste, pero historia al fin.) Más aún viniendo de un programa de características tan frívolas como el de la colorida conductora, cuyo mayor conflicto solía ser "Quien tiene las tetas mas grandes o a quien se le encapsuló primero".

No me da vergüenza en admitir, que en el día de ayer, aquel programa de chimentos, las palabras del panelista, la emoción sincera de la conductora me hicieron comprender un poco más el dolor de aquella época nefasta. Tampoco me da vergüenza que hasta el día de la fecha no puedo dejar de sentir un rechazo especial cada vez que veo un falcon verde, así como también no puedo dejar de llorar y de remitirme a este recuerdo cada vez que escucho: "Todo esta guardado en la memoria..." en la voz carrasposa del poeta León Gieco.


(Sugiero al final de este post, bajar el tema de Internet, cerrar los ojos y solo escuchar la letra, no cantarla, solo escuchar la letra.)



Queda claro que no estoy de acuerdo con ponerle una fecha conmemorativa al golpe de estado como quien cumple años una vez al año. Creo que es un dolor que debe estar con cada Argentino día a día, y estar muy atentos para que esto no se vuelva a repetir.

Al finalizar este post y luego de dar 1.500 vueltas decidí no poner la palabra con la que suelo terminar mis comentarios ("Continuará..."), por obvias connotaciones y solo por esta vez pondré...

Nunca más. (Punto final)

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me pusiste la piel de gallina.
    Pertenezco a esa minoría ignorante en la que estabas hace un tiempo y me dejaste en shock, porque siempre lo ví desde el lado político y ahora lo pude ver desde el lado humano. Gracias!!!

    Y como también me compartiste la duda, acá nos la saco a los dos (gracias a Google):

    “La mar en coche”, que hoy acostumbramos
    decir cuando uno tiene todo servido, a su deseo.
    Sucedía por entonces que comenzaban a verse por las calles de las principales ciudades los primeros automóviles que competían con los carruajes tirados por caballos. Para ser propietario de uno de ellos se necesitaba tener bastante dinero, y más de uno de
    esforzaba por conseguirlo, por el simple placer de exhibirse paseando y despertando la admiración de
    sus vecinos. Pero como también por aquellos años, se puso de moda para los más pudientes, ir a veranear a los balnearios tanto del Mediterráneo como del Atlántico, el sumun de lo exquisito era viajar hasta allí con su propio coche. El que podía hacer eso, lo
    podía todo.

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