viernes, 28 de enero de 2011

Wake up

Versión 2011.


Recién a esta altura es como que mi energía se modifica y me empieza a caer la ficha de que ya arrancó el nuevo año y puedo empezar a proyectar o bien a marcar objetivos sobre que es lo que quiero para mi, tanto en el terreno profesional como personal.
Es verdad que me está costando horrores focalizar mis objetivos, ya que en muchos momentos no se para donde disparar. Por un lado la estoy pasando muy bien dentro de este parate teatral auto impuesto, el cual ya se viene extendiendo por 3 años y apelando a mi sinceridad brutal temo no volver más.
Es verdad que cuando veo una buena obra me sigo estremeciendo, que el solo hecho de entrar a una sala de teatro ya me genera una adrenalina especial. Pero también es verdad que cada texto en el cual me pongo a laburar, me es difícil lograr cerrarlo, darle forma o por lo menos ya no tengo la habilidad o el desparpajo de otros años, donde tenía la obligación de cerrarlo dentro de una fecha predeterminada y así se hacía, independientemente del resultado. Tal vez tenga que ver con el tema de los objetivos claros, seguro que viene por ese lado. Debo reconocerlo que cada vez que he focalizado un objetivo real, lo he cumplido casi a rajatabla, al margen de que he sido un tipo con suerte. Las veces que no se ha dado o bien he quedado trunco en el camino, estuvo claro que fue porque no puse el suficiente énfasis en lograrlo. Como solían decir las maestras de la primaria: "Niño, no se duerma en los laureles".
Al mismo tiempo, siento que en estos 3 años he alcanzado pequeños objetivos, o mejor llamaré logros, que me llenan de orgullo:
Armar mi propio departamento, tal o mejor de lo que soñé por años; haber podido reencontrarme con muchos amigos y colegas del medio a los cuales había abandonado, pensando que mi carrera era lo más importante de la tierra. Extrañar y sentir la necesidad de comer con mis padres y hermanos. Vivenciar el gozo de estar solo con uno mismo en paz.

Es así amigos, es la vida misma. Es normal sentirse por momentos el peor bicho del planeta y en otros momentos sentirse como Ethel Rojo en el comercial de Reduce fast fad, como diría Jorge Hané... "Más lindo que nunca". El tema es no comprar o perpetuarse en ninguno de los dos lugares.



Continuará...

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