martes, 19 de abril de 2011

"The Oficce".



Soy conciente de lo cansado que estoy de mi rutina cotidiana y lo que me cuesta escaparme y volver a ser aquella persona que solía tener la cintura suficiente para esquivar la monotonía del día a día. Seguramente este estado emosional en el que me encuentro me haga pensar demasiado, o tal vez detenerme en boludeces (Ej: el post anterior.), pero hoy tuve ganas de hacerlo y lo hice, para eso es mi blog, no? (Jajaj - Odio los "jaja" pero quiero que sepan que me estoy riendo.) tambien sirve para escribir la primer pelotudez que se me cruza un día martes como el de hoy.
Comprendanmé, estoy encerrado en una oficina rodeada de perejiles, a saber:
A mi izquierda una adolescente que aún no domina su cuerpo simil travesti, la cual tiene uno de los problemas más graves que puede tener el ser humano: es mentirosa crónica. Tan pero tan mentirosa que debe pensar que todas las historias que salen de su boca, yo las creo. Son de esas pendejas de 20 años que piensan que saben de "todo" los temas que puedan saltar en el cotidiano de un oficina y que uno es tan ignorante como para considerar razonable cada una de sus afirmaciones. Internamente a ella la llamamos Marmora Barrimore. Marmota por lo torpe que es  y Barrimore en honor a la ex niña prodigio cuando hizo esa película con Adam Sandler, donde ella perdía la memoria al día siguiente.

A mi derecha, un boludazo de 26 años que lo unico que hace es chatear con su novia via msm todo el santo día y mirar videos de picadas de autos o de accidentes en la vía pública; pegadita la puerta de ingreso, una recepcionista con delirios de persucución, cual drogadicto en plena obstinencia y de una autoestima bajísima. Apenas a 10mts, una chica encerrada en su pecera que habla 6hs diarias por teléfono con toda su familia (No estoy exagerando las 6hs son de corrido amigos.) y afirma con convicción tener una vida de mierda. En el piso de arriba tengo a una entrañable y vieja amiga de la secundaria, la cual en su momento era  la reina del reviente, y hoy se ha convertido en una señora de su casa con dos hijas hermosas pero cuyo únicos temas de conversación varian entre las hemorroides de su marido, los elementos que debe conseguirle a diaro para el cole de las mellizas y las enfermedades de su madre termino agotado solo de escucharla, creanme. Por supuesto que en este último caso la adoro (Aunque no lo parezca) pero no saben lo dificil que se me hace remarla a diario, estas benditas 8 horas, de lunes a viernes. Y eso que no estoy contando el batallón de gerentes que tengo que no gerencian. En fin... vermouth con papas fritas y good show, como diría Tato Bores. Aunque ya estoy un poco cansado del mismo papel.

Ver "The office" en mi casa y ver reflejadas varias situaciones de mi cotidiano en dicho programa, me llevan a un estado agridulce con flashes de extraña algarabia. No se si me conviene seguir viéndolo.



Continuará...
PD: Aprovecho este post para recomendar la serie "The Oficce" (Cua!)

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