sábado, 10 de diciembre de 2011

Final de partida.

Me encuentro raro en este momento, porque con 35 años y casi sin darme cuenta me encontré transitando etapas de mi vida que jamás imaginé que iban a llegar. Me di cuenta que desde hace unos años empecé a reconocer mis propias etapas de vida repetidas y proyectadas en los seres que más amo. Sé que es una frase hecha lo que voy a decir pero aquella personita que llegó a mi vida hace tan poco tiempo (12 años) hoy es una hermosa mujer-niña la cual acaba de partir  rumbo a su viaje de egresados e indefectiblemente la emoción me retrotrajo sin pausa al año 87, a mi viaje de egresados y comparando a la distancia uno con otro,  noté una vez más la rapidez con la cual nuestras vidas pasan casi despeinándonos el flequillo y lo importante que es poder disfrutar de estos momentos, capturarlos y vivirlos con la mayor intensidades posible.
Anoche tuvimos una pequeña cena en la casa de mi madre (Su abuela) como despedida de su viaje y donde tuve la suerte de poder darle un sobre naranja con un dinero para sus gastos; Tal como lo hicieron mis padres conmigo años atrás.                                            
      Mi pequeña Lu es la niña que se encuetra en el centro de la foto arriba de la otra.

Ella tenía todo listo desde el día miércoles pasado, el bolso, la bandera que había pintado junto a su amigos, la remera alegórica al egreso. Además de otros elementos que fueron apareciendo en esta última década y que por supuesto en la mía no existían, como ser: su I pod y su cámara digital, entre otros petates. Pensar que en mi época teníamos que esperar a llegar a Bs As, revelar las fotos y luego de 48hs ver cuantas habían salido bien del rollo de 24. Pero sin lugar a dudas hay un punto que nos une a pesar de los 22 años que nos separan, que es el sentimiento del final. La tristeza de la etapa que se termina, de la incertidumbre de lo que vendrá, el sabor agridulce de los últimos momento compartido con sus compañeros. Pero al mismo tiempo encierra la alegría de su primera libertad en un viaje, de ir a bailar por primera vez, de sentirse “grande” lejos de su familia.
Tengo la tranquilidad que con el correr de los años comprenderá q esta etapa no es un final definitivo, solo es un 1er. Escalón de un largo camino de vida que le espera. Tengo la serena convicción de lo que digo porque ya he pasado por ese momento y espero contar con la sabiduría y el permiso de ella para poder acompañarla lo mejor posible en esta difícil etapa que le espera, denominada…  adolescencia.
Que seas muy feliz hermosa Lu en cada día de tu viaje de egresados, que te duela lo menos posible este final de una de las mejores etapas de tu vida. Yo no podré hacer nada para cambiar la tristeza que seguro sentirás cuando a la distancia recuerdes este viaje y a tus compañeros, pero estoy dispuesto a darte mi hombro y hacer todo lo que esté a mi alcance para apaciguar tus sentimientos de dolor y para estirar tus momentos de felicidad hasta donde nos den las fuerzas.

continuará...

2 comentarios:

  1. ahora quiero ser tu sobrina!!!! Qué lindo leer al histérico director de mi muestra de teatro mutado en un dulce tío al que abrazaría largo rato!!!!
    te quiero!!!

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  2. Que hermosos sentimientos generan esas criaturitas "tan nuestras" que son los sobrinos, no???
    Como crecen!!! (comentario de vieja,jajaj) lo veo en mis sobris, Valen ya empieza 1º grado!!! Y lo veo en las tuyas, es increible que Lujan sea la misma niñita que llevaste a ver un infaltil!!! Muy lindo post amigo!!!! te quiero mucho!!!!!!

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