martes, 1 de marzo de 2011

Boquitas pintadas.

(LADO B)

Luego de un fin de semana de locura, agotador... Ehhh, bueno la verdad es que estuve de nanny cuidando a mis sobrinas, viendo una maratón de películas (Shrek 4, Gulliver, Hanna Montana, entre otras programas de cable del estilo Disney.) Cocinando ravioles gratinados a los 4 quesos, hamburguesas, papas fritas, helados y hasta hemos amasado un pan de campo para el desayuno del domingo en la terraza. Lo peor de todo esto es que terminé agotado del mismo modo que si hubiese tenido un finde a todo evento y garchoteando como Rocco Sifreddy (Porno Star de fama mundial.) por toda la casa.
Si es verdad, me estoy poniendo grande. Pero me hizo muy bien haber compartido tiempo con ellas; encerrarnos en nuestro micro mundo, desintoxicados de toda pose o síntoma de "exitosina" que a veces nos impone nuestro entorno y ser feliz con situaciones que no son cotidianas, por lo menos en mi hogar: escucharlas como discutían por el dominio del control remoto, o bien como la más grande le explicaba como usar la guía de la TV digital, tema que a mi me había llevado casi 2 días acostumbrarme a su funcionamiento y ellas en menos de 5min. ya lo habían dominado de forma casi profesional.
Transitar la experiencia de ir al super mercado y verlas como se peleaban por la conducción del carrito, tal como lo hacía yo con su padre apenas 27 años atrás, todo tan lejano, todo tan cercano. Verlas revolcarse por mis queridos sillones Pierre Paulin y ante la súplica o promesa de que no subirse con zapatillas e intento de reto incluido, me ví corriendo cual niño a encerradme en la cocina para que ellas no me vieran reírme de mi injustificado e insostenible reto. Descubrir q a mitad de la 2da. película, la niña más pequeña roncaba en mi falda con su pijama color gris y su bata invernal de un rojo furioso (Vale la pena aclarar que estamos en pleno verano.) Mientras que la más grande, entre escena y escena, me contaba lo que le costaba mantener actualizado su facebook. También se hicieron tiempo para fabricarle un collar a mi gato Pedro mediante una tranza tejida en tonos fucsia, negro y violeta.
Atrás quedaba la idea de la fabricación casera de helado, ya que luego de leer el complicado funcionamiento de la fabrica de juguete que había traído la más pequeña, de común acuerdo decimos que la mejor idea era encargarlo por teléfono y luego sumarlo a la fábrica de pvc y "jugar" a que lo habíamos elaborado con nuestras propias manos.

Fue lindo despertarme la mañana del domingo en el sillón del living viendo el amanecer, ya que la cama principal había quedado superditada a las pequeñas visitas, con el piso minado de pequeños bolsitos, ropa de niñas, hojotas de todos los colores del arco iris, una fabrica de pulseras otra de helado, dvd varios y todo una infraestructura que no suele estar convivir en mi "ordenada" sala de estar.

Ellas son como son, directas, sin filtros, adultas niñas. Mis boquitas pintadas.
Que buen programa es pasar tiempo con ellas, que mi vida trascurra al lado de ellas. Seguro que en breve ya no será un buen programa ir a la casa del padrino a dormir, pero vendrá otras etapas, ni mejores ni peores, simplemente con otro encanto. Eso es lo bueno, no sufrir con el paso del tiempo, sino buscarle el "encanto y el tiempo" a cada etapa de la vida, es un laburito el cual ejercito día a día, aunque a veces los días se me escurran como agua entre mis manos.  


Continuará...

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