miércoles, 2 de marzo de 2011

DESTINO FINAL.



Aunque muchas veces lo dude, se que soy una persona de suerte. No puedo negar que cada vez que me he planteado un objetivo, y he trabajado concentradamente para conseguirlo, a la larga o a la corta, lo he cumplido por más cursi que suene el concepto. Así como también, las veces que no lo he alcanzado, tengo claro que se debió a que no trabajé lo suficiente, o en algún punto el objetivo en si no era preponderante para mí, o lo que es peor y estos son los momentos en los cuales más me saco: "cuando me veo inactivo ante una posibilidad y la dejo pasar como agua de río".
Esas son las etapas más tristes, cuando siento que mi vida pasa fuera de mí y la ira, lejos de darme un sacudón y tirarme para adelanta, me alenta, me aquieta, me pone en pausa como un simple observador de proyectos lejanos.

Hace unos días, pasó algo muy curioso. Como algunos de ustedes sabrán desde hace 3 años y meses, me he alejado de mi profesión de dramaturgo y director de escena (Creo que en anteriores post ya he explicado las razones.) Principalmente el alejamiento se debió a un cansancio extremo que venía sintiendo luego de haber laburado más de 8 años sin pausa alguna. Durante estos últimos 2 años, empecé a sentir la necesidad de volver, tal vez no aún a dirigir pero si tal vez desde otro lugar y fue en ese momento cuando le ofrecí al dueño del teatro Contemporáneo que me diera la dirección artística del teatro. Tal vez un poco con la intención de retribuirle de alguna manera todo lo que el espacio me dió a mí y otro poco por el laburo en si, el cual no solo era un nuevo desafío sino que era una función que a particularmente me interesaba.
En principio el dueño acepto y puso todo lo que estuvo a su alcance para le reapertura del teatro. Yo por mi parte, junto con mi amiga y asistente Gabi, lanzamos una convocatoria de proyectos para cubrir la cartelera, la cual dio como resultado más de 400 proyectos (Teatro, música, danza entre otros eventos.) Pero con el pasar de los meses, y ante la inestable bipolaridad del querido empresario más algunos asuntos familiares (No pienso comentar nada al respecto) todo se diluyó en el tiempo.
En su momento no lo comprendí, pensé: "Y bue... quien me manda a meterme en este lío? si yo sabía que podía dirigir cualquier obra en otra sala. Para que mierda meterme en la dirección artística de un teatro!". Pero otra parte de mí pensaba: "Como puede ser que no me salga esto? si todo estaba armado para que así sea, si yo siempre fui una persona de objetivos claros y concretos".
Por aquellos días todo había quedado en la nada, las reuniones con los elencos habían sido en vano, la logística planificada por aquel entonces ya no iba a ser aplicada, los talleres suspendidos y debo reconocer que la frustración me marcó de cerca. Y es aquí donde entra a jugar el destino, cuando las cosas están escritas, o cuando algo es bueno y tiene que salir, tarde o temprano, debe salir. De esta forma y por el lado menos esperado apareció la oportunidad de que el jefe de mi hermano (Periodista - Empresario.) por "X" vueltas de la vida, se mostrara interesado en el espacio y tal vez (Aún esta todo en tratativas.) mi hermano termine ocupándose de la parte de las cuentas del teatro y yo, finalmente de la dirección artística.

No se que saldrá de todo esto, tampoco tengo claro si será el "ideal" laburar con mi hermano, más en un terreno que es desconocido para él, pero jamás me hubiese imaginada que las vueltas de la vida me iban a llevar a esta posible resolución. Me siento como uno de los protagonistas de la película "Destino final", por más vueltas que le de al asunto, cuando uno pone fuerza para que se concrete, siempre llega a buen puerto. O bien como hace referencia esa frase de señalador de libro de Danielle Steel, "Cuando uno desea algo, el mundo complota a tu favor" (Dios mio!! he ingresado al emporio de lo cursi.)
Creo que de esta forma todo cerraría genial: el dueño del teatro se alejaría del mismo, el cual en muchas ocasiones suele ser una piedra en el camino ya que no se arriesgarse, mi hermano y el dinero de su jefe se harían cargo de las refacciones y poner a punto la re apertura del teatro, yo me ocuparía de la programación artística y al mismo tiempo lo tomaría como un período de adaptación y reinserción dentro del ámbito teatral; al cual volvería con más cuidado que nunca y con una regla clara: "El disfrute de saber que cada mañana, cuando me toque despegar la cara de la almuhada, lo haré con el placer y el gozo de estar haciendo simplemente lo que me gusta y eso me lo he ganado con el sudor de mi camiseta.

Veremos como se irá desarrollando todo esto y hasta donde llegará, ahora ya no depende mi, la lucha luego de 3 años de insistencia por este puesto ha llegado a su fin. Y ahora me pregunto: "Mi destino será este?"



Continuará...

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